Este es uno de mis muchos vecinos. Ayer subimos cada uno a su azotea a coger sol, esperando la hora del almuerzo, intercambiamos miradas y esperó a que trajera la cámara. Su menú tunos y moras. Un lujo vivir en un entorno casi virgen a cinco km de una ciudad de 30.000 habitantes . Lo importante es estar cómodo y adaptado donde quiera que vivas. Me refiero al lagarto, claro.
En este café me sumerjo, para comprender que los hijos se hacen hombres y nos toca hacernos viejos, para enterrar los recuerdos, para curar las heridas y para matar el tiempo.
En este café me sumerjo…con la conciencia tranquila, los deberes hechos y la vida vivida.